Charly García ofreció esta noche un concierto en el estadio de Vélez Sarsfield, con el que plasmó su recuperación de las adicciones y festejó con su público incondicional sus 58 años.

El fundador de Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros y Seru Giran se presentó en el estadio del barrio de Liniers como parte de la gira que ya lo llevó por Perú y Chile, luego de la recuperación por sus adicciones al alcohol y las drogas.

Tras una publicitada rehabilitación, García recuperó a sus viejos socios Carlos García López en guitarra, Hilda Lizarazu en coros y Fabián Von Quintiero en teclados y junto al trío chileno que lo acompañó en los últimos años, se puso a ensayar.

Charly, autor de clásicos del rock nacional como Canción para mi muerte e Inconsciente colectivo, sigue cumpliendo con el tratamiento de rehabilitación que incluye una rutina con visita periódica a un centro de rehabilitación cognitiva, un tratamiento kinesiológico y mucha constancia.

Más gordo y relajado, García trabajó estos meses con los chilenos Kiushe Hayashida (guitarra y coros), Tonio Silva Peña (batería) y Carlos González (bajo) y sus viejos socios en una sala de zona norte hasta ir recuperando un repertorio de clásicos de toda su carrera.

Además, la producción eligió a Pichón Baldinú, creador de De la Guarda, para montar una puesta en escena teatral para el concierto, que tiene como condimento especial el cumpleaños número 58 de García.

Para promocionar el regreso, la producción eligió la canción Deberías saber por qué que García volvió a grabar para la ocasión para que sonara en todas las radios.

Luego de ocho meses sin actuar en vivo y cuando todavía estaba inmerso en un tratamiento médico, Charly García apareció el 30 de marzo de este año en una plaza de la ciudad de Luján para ofrecer un mini-recital.

García subió al pequeño escenario acompañado por Ramón Palito Ortega -convertido en una suerte de tutor de esta nueva etapa de su vida- y allí muy aletargado todavía desgranó algunas canciones.

Luego vinieron los shows en Perú y Santiago de Chile, y allí las crónicas hablaban de una mejoría, de un García más animado y más preocupado por entregar actuaciones prolijas.

Inclusive se lo vio concentrado en tocar el piano, y bailar solo algunos momentos, dejando las guitarras a García López y a Hayashida.